jueves, 28 de abril de 2011

DELITOS Y FALTAS

Woody Allen –confeso admirador de nuestro país- estiró sus vacaciones para que el crimen ficticio diseñase una coartada en favor del castigo severo. Dostoievski sacaba boleto sobre el techo aéreo madrileño, agradecido con el póstumo tributo de Valencia. La culpa fue destapada del tarro de lo imaginario y lo mezquino. La ficción remota alumbraba ayer noche el distrito de Chamartín. El ínclito Wolgfang Stark decidió -de motu propio- un juicio sumario sin dilaciones indebidas (desde aquí felicito al colegiado por ser la única vertiente de la tutela judicial efectiva que cumplió). Un proceso donde el derecho a la presunción de inocencia lo depositó en la papelera del vestuario, la carga de la prueba la revertió en el túnel y la reformatio in peius la agravó en el tapete. Sólo así se explica que un plantillazo ante un balón dividido fuese sancionado con la roja, presumiendo la mala fe en la acción de Pepe. El habitual carácter pendenciero del portugués y la retorcida exageración de Alves (cerraré el artículo sin obviar este extremo) contribuyeron a que el amarillo se tornase en naranja. Para pasar de éste al rojo bastó la interpretación psicodélica del colegiado alemán junto a la alevosa decisión de su mancebo de banda. Ahora vayamos al resto de factores, a los que siempre deben ocupar una primera plana.


La vista como defensa posicional
Mourinho –manteniendo sistema táctico- dio una vuelta de tuercas al planteamiento: baja presión en campo contrario, media en propio. Líneas atrasadas en relación al vibrante encuentro de Copa. Un Madrid a imagen y semejanza del de Liga de hace escasas dos semanas. Pobre en ambición, parco en esfuerzo y diligente en el posicionamiento. Esquema con espacios ocupados de forma flotante donde lo más reseñable y transgresor era el marcaje individual de Pepe a Xavi (zonal en la permuta de posición con Xabi Alonso). La recuperación se gestaba en zonas inocuas y alejadas de territorio comanche. Özil, Di María y Ronaldo campeaban cual Rodríguez por el asfalto. Mientras, el trivote desarmaba la creación culé y la zaga cerraba filas en torno a Casillas. Decepcionante.

Villa-Pedro
Guardiola modificó la posición de las dos alas exteriores: Villa en perfil débil por la derecha, Pedro percutiendo a pierna cambiada. Poco cambió el guión ante la tibia aportación ofensiva de los laterales (obvio en el caso de Puyol y conservadora en la figura de Alves) y la espesura de Keita en la asociación. Sólo la sociedad Messi-Xavi vislumbraba el peligro cuando el vallesano se zafaba de Pepe, al margen de una brillante acción individual del guaje con desequilibrio en diagonal y disparo cruzado cercano a la base del palo derecho de Iker. Un Barça falto de chispa en el desmarque y movimiento sin balón, acuciando la sensible baja de Andrés Iniesta. Tal vez ahí Mourinho podía haber planteado una batalla más abierta ante la merma de visión de espacios en el mediocampo barcelonista. Falta de gallardía y determinación del setubalense. El pitido final para el descanso invitaba a enjuagarse el sabor amargo.

Factor Drogba
En la segunda parte, Adebayor por un desdibujado Özil. Incremento de la intensidad en la presión y avance de las líneas con el togolés generoso en el esfuerzo y peligroso en la recuperación. El Barça sufriendo en la salida, en especial un laxo e impreciso Busquets. El “9” de Togo en el rol Drogba: balones aéreos en largo para prolongar jugada, conceder rechace o habilitar llegada en segunda línea; achique entre el central y el lateral a la espera del fallo y en aras de la recuperación. Por detrás, aumentaba la agresividad del trivote en el tackle y el pressing. Así hasta la dichosa decisión de marras.

Messi sideral
Emergiendo por encima de los mortales, ofreciendo la enésima muestra de superioridad, dibujando otra bella estampa con el gol. Perforó los agujeros originados tras la expulsión, batió líneas con su avasallante tren inferior y avistó con pillería el letal cambio de ritmo de Afellay (aportó ese plus en el 1 vs 1 del que adoleció el Barça en Copa). Reguero de defensores (cuatro, para ser más exactos) dejó tras de sí en la joya del segundo gol. Recuerdo perfectamente a Zidane a Ronaldo a Ronaldinho a Romario, pero ninguno acumuló un saco tan abultado de grandes exhibiciones, un hambre tan constante y voraz de éxitos, un peldaño a la perfección hecha futbolista. Leo es el mejor de todos.

El Enfermo Imaginario
Tan buen pivote como consumado teatrero aquejado del síndrome hipocondríaco que le lleva a desplomarse cual mosca en la sartén de Andalucía. Ese es Busquets. Avezado tramposo en una mala arte que debería ser perseguida de oficio (a falta de su constatación legal). También tendrían que ser punibles los revolcones de Alves a lo Mc Gyver en la mansión de Playboy. Si Di María, Marcelo, Iniesta, Ronaldo o Villa son asiduos al chapuzón; Alves o Busquets guardan la esterilla y el saco en el escenario. Hay que castigar al que se ensaña a patadas con la honestidad. Deben los jugadores reprochar in situ estas artimañas, como bien hizo el noble Puyol la noche de ayer.

Del banquillo al camerino: Ayer se sortearon los grupos del Mundial Sub-20 que se celebrará en Colombia entre los meses de julio y agosto, la competición más interesante a nivel de categorías inferiores. Un crisol de talentos en ciernes. España encuadrada con Ecuador, Australia y Costa Rica. Grupo asequible, a priori. Sudamericanas, africanas, España, Francia, Portugal e Inglaterra partirán como favoritas. Como viene siendo habitual, regirá la igualdad.

Hoy, a las 21.00, semifinales de la Europa League: el Villareal frente al Porto de Villas-Boas. Final anticipada. Cazorla, Moutinho, Rossi, Hulk, Borja Valero, Fernando, Nilmar, Falcao…¿te lo vas a perder?.

domingo, 24 de abril de 2011

VÉRTIGO

Sin tiempo para el respiro, acecha la llegada del segundo plato, sucesor del aperitivo liguero y de la épica primera parte del banquete que tuvo como protagonista la Copa del Rey. Es el momento de la gloriosa Champions League. La cita más poderosa y magna a nivel de clubs. Semifinales. Hora de encaramarse a la barandilla, de vencer el mal de altura, de engrasar el factor anímico. Dejar en la azotea los temores, desprenderse de la inquietante nebulosa y lanzarse al vacío sin contemplaciones. Del tormentoso halo de la rubia hitchcockiana a la placidez victoriosa hay una mísera baldosa; para más inri, la diferencia de méritos puede estar en medio palmo (véase el vibrante duelo copero). El suspense de Sir Alfred como juez, resurgiendo de entre los muertos, como Kim Novak en el film. Analicemos las claves de la tercera entrega Madrid-Barça.

 Motivación y mentalidad positiva
De necios sería negar el poderoso refuerce psicológico que supuso al conjunto blanco levantar el título real. Maniatar al máximo rival en la primera parte, aguantar las embestidas en la segunda y machacar en la prórroga ha supuesto una inyección moral que viene a igualar la contienda. Física y mentalmente, el Madrid ha conseguido minimizar la superior ventaja que sobre el papel tenía la escuadra de Guardiola. ¿Dará de nuevo Mourinho con el punto débil?. ¿Aguantarán 90 minutos de pressing feroz?. ¿Cómo planteará el de Sampedor el encuentro?.

Factor diferencial: portería invicta
El consabido valor doble de goles fuera de casa convierte de suma trascendencia el mantener la meta a cero. Los grandes títulos se fabrican en base a estos nimios matices. La ida en campo propio favorece si la portería es resguardada; de lo contrario, hay una ligera ventaja para el que dispone del calor y bullicio de su estadio en la vuelta. De ahí que se presuma un planteamiento similar del setubalense, si bien la inesperada lesión de Khedira puede trastocar la libreta. El dilema gira en torno a 3 opciones: Lass, Granero o un “9”.

Trivote o 4-2-3-1
Lass garantiza quite a destajo, agresividad en el cruce, resistencia y amplia zona de confluencia. Ahora bien, generaría un riesgo triple: solapamiento del rol Pepe, pérdida de orden y alta probabilidad de tarjetas. Xabi de “5”, el francés de interior diestro y el portugués de izquierdo formarían una media que adolecería de buen trato en las transiciones pero aumentaría la elasticidad y el músculo en favor de la presión.
El pirata Granero ofrecería mayor control y salida limpia hacia los falsos extremos. Brega y busca bien la posición pero carece de ese plus físico para un menester tan intenso.
Retornar al 4-2-3-1 conlleva retocar el planteamiento y ensanchar los espacios. Ganar en juego combinativo con Benzema o tirar de hombre-boya con Adebayor. En el caso del togolés desempeñaría el pressing en la salida del balón blaugrana, cerrando más la posición Pepe para no dejar vendido el espacio central. Obliga a una mayor aportación de Ronaldo en las ayudas.

Dos alas exteriores o superioridad numérica
Altibajos de Pedro y sombras del guaje Villa pueden forzar a Guardiola a una alternativa en beneficio de la verticalidad en mediocampo y la acumulación de efectivos para generar el desgaste de los medios blancos. Keita para romper la doble línea en llegada sorpresa sin balón o incluso la arriesgada apuesta de la magia de Thiago, descolgando a Iniesta a la zona del falso extremo. La variante sería Pedro en banda izquierda (recordemos que Adriano es baja y se presume un perfil de “3” mucho más defensivo) e Iniesta –en la contraria- trazando la diagonal para conceder el pasillo a Alves. Generar mayores zonas de influencia creativa ensanchando la horizontalidad puede ayudar a romper la telaraña blanca.

Mariscal Carvalho
Mortal de necesidad la baja del central portugués, perro viejo en estas lídes. La dupla Ramos-Albiol es agresiva, contundente al corte y veloz en los cruces largos (dato este último –tal vez- irrelevante ante el planteamiento cerrado en líneas); ahora bien, raro es el partido que no solicitan cita con el despiste o la pérdida de colocación. Dosis de sosiego y mesura requerirá la zaga merengue. En ese sentido, cobra fuerza la importancia de Xabi en el triángulo defensivo en zona central. Los colmillos blaugranas estarán afilados, cualquier pequeño hueco se agranda a ojos del binomio Xavi-Iniesta y ayuda a las venenosas arrancadas de Leo Messi.

Quebradero del "3"
En zona de transición del talentoso Özil (y de arrancadas en permuta del incansable Di María) se gesta uno de los posibles quebraderos del Barça a la hora de no conceder la espalda. Abidal, Adriano y ahora Maxwell se suma a la lista de desafortunadas ausencias. Con Puyol entre algodones como posible apagafuegos en carril izquierdo, sólo queda cerrar la línea con el maliense Keita o Gabi Milito, con la consiguiente mera de banquillo que conlleva.

Del banquillo al camerino:  He escogido estos seis puntos a analizar, claves suficientes para desequilibrar esta tercera batalla. Añadid con vuestros comentarios algún extremo importante del partido que me haya dejado en el tintero y consideráis oportuno mencionarlo.

De viernes a lunes unas mini-vacaciones portuguesas, así que no tendré tiempo de hacer  artículo post-partido. Mientras tanto, esta entrada servirá para recoger vuestras impresiones del choque y calentar los motores de cara a la vuelta en el Camp Nou. Parafraseando a Freddy Mercury: “The show must go on”.

jueves, 21 de abril de 2011

MATCH POINT

La pelota se desliza a lo largo de la red. Titubeante, de derecha a izquierda, sin tregua pero sin rumbo definido. El azar es caprichoso y el nivel de ambición extremo, suficiente para que una ligera ráfaga de viento haga derrumbar la manejable bola amarilla al cemento. El alma de Dostoievski planeaba ayer en el cielo de Valencia, debatiéndose el crimen y el castigo en el alambre del vigor, el magnetismo y la pasión. La femme fatale se disfrazó de intensidad física y ésta desplegó sus armas en las entrañas de la prórroga. Os presento el retrato woody-alleniano de la majestuosa final de Copa del Rey. A un lado de la pista, la primorosa puesta en escena blanca, el descomunal derroche físico. Al otro, el talento blaugrana conjugado con el dominio, llamando a la puerta en el nudo de la trama, cayendo al descansillo en las postrimerías. Vayamos al juego.


15-0: Atisbos de un planteamiento mourinhista más feroz en las acometidas, con una ligera variación: adelantamiento de líneas algunos metros sin perder los espacios y ganando en recuperación en las confluencias del peligro. 4-5-1 en el repliegue convertido a un 4-4-1-1 con el descuelgue de Pepe tras Ronaldo en el achique; o bien,  salida a la presión de Khedira o Xabi y basculación de la media hacia derecha o izquierda, dejando indemne la línea de cuatro. Todo ello con una máxima: motorización del tren inferior como si de un 6-0 balomanístico se tratase. Incomodo de la construcción blaugrana y recuperación de posición para evitar descarga en ¾ y el merodeo de Messi en zonas de devastación.

30-0: La Línea Maginot del setubalense inquietaba la sala de máquinas del contrario: asfixie a Xavi, Iniesta y Busquets en la salida de balón, obligando a recibir en zona más atrasada y transportando galones a Piqué que –pese a su buen trato con el esférico- hacía uso de un recurso más directo, topándose con el doble muro blanco. Embotellamiento culé en área exterior. Villa y Pedro sin fluidez y agilidad en las ayudas, escasas diagonales presuponiendo que los tiros del desarbole ahí reposaban. Alves y Adriano timoratos ante las sombras de Özil y Di María y sin opción clara de desdoblamiento.

30-15: Soberbio bagaje defensivo acompañado de constantes robos más allá de la línea central, si bien no amortizados en el galope. Özil rastreaba la clarividencia a sus alrededores: conducción, apoyo y sprint al espacio. El resto se reñía con la eficiencia y el sentido común: Ronaldo errático en el control, Di María –obviando las lanchas- lanzado en kayak mar abierto y Khedira –alérgico al cuero, pero con tino táctico- esperando que la complaciente Vilma acudiese a su llamada. Para colmo, la zaga barcelonista desbarataba las contras con un Mascherano imperial en las ayudas y el dominio del cruce.

40-15: Pero el azar guardaba en su gruta un resquicio para el gol. La utilización de las bandas (ver post de Miguel en el artículo anterior), la búsqueda de la espalda del lateral de rigor y la pared como medio en bandeja a la llegada desde segunda línea. Ahí se gestó el posible 1-0 si la cepa superior de la cruceta de Pinto no hubiese repelido el potente remate al salto del hiperactivo Pepe, omnipresente en toda la zona ancha.

40-30: Cambiaban las tornas en el segundo acto. Tal vez fruto del excelso desgaste físico del Madrid, quizás por un defecto en la concentración. Xabi e Iniesta entrelazaban y manejaban, Pedro y Villa ensanchaban y perforaban, Messi hacía acto de presencia por las cercanías del área. Descabale del trivote blanco y masificación en el esfuerzo de dos colosos: Carvalho y Ramos. Serio aviso con el gol bien anulado a Pedro en el uso del tiralíneas al hueco de Arbeloa.

40-40: Asedio del conjunto de Guardiola, Messi desquiciando en el uno contra uno y Casillas haciendo acto de presencia (especialmente en la fabulosa estirada a disparo cruzado de Iniesta). Así hasta rozar el gol en los minutos finales, donde la cara de la fatiga empezaba a equilibrar la balanza. Repelida la agonía, Di María ponía a prueba los reflejos de Pinto antes de la llamada de Undiano al túnel de vestuarios.

Ventaja al saque: La prórroga divisaba lo que las postrimerías de la segunda parte hacía presagiar: un plus de fondo físico de los de Mourinho. No sólo manifestado en una mayor capacidad aeróbica, también en poderío muscular en los balones divididos, el desborde y los saltos. Marcelo o Di María salían de la convencional y alcanzaban el desvío a la autovía. Adebayor como factor diferencial en la zancada. Ronaldo inquietaba en el riesgo de estampida. El leve crimen del Barça estaba a punto de citarse con el castigo. Punto de partido.

Partido ganado: Recuperación de Pepe, desborde airoso de Marcelo, estética pared con Di María, certero centro del argentino y salvaje remate de Cristiano: limpio, cruzado, orientado y a contrapié del guardameta blaugrana. Éxtasis. El resto de minutos fueron obra de la piñata anímica que conlleva un gol de esa magnitud en semejante coordenada de espacio-tiempo.

Del banquillo al camerino: Hermoso encuentro el de ayer. Dos estilos contrapuestos y un antídoto eficaz frente a la plaga. Triunfo colectivo.
Veremos como reacciona Guardiola para la ida de Champions. Y como contrarresta Mourinho la sensible baja de Carvalho.
El domingo habrá artículo sobre el partido de Ida de la Champions. Disfrutad de la Semana Santa.

domingo, 17 de abril de 2011

LOS CHICOS DEL CORO

Digerir el empacho de la interminable tarta con la que nos van a deleitar estos Madrid-Barça es un mínimo innegociable para que la esencia del pedestal futbolero más alto no se vea tambaleada ni distorsionada. Por tanto, una tregua antes de la segunda gran batalla insufla la certera dosis de energía y obliga a inhalar un profundo soplo de reposo. Urge el armisticio para afilar los cinco sentidos. Un motivo para estampar su firma nos lo proporciona la nueva hornada germana.


Müller, Özil, Marin, Kroos, etc. abanderados de la actual legión de mediocampistas alemanes, en las antípodas del clásico patrón teutón. Cierto son los precedentes de esa homóloga estirpe (los habilidosos y escurridizos Pierre Littbarski y Thomas Hassler, el talentoso Andreas Möller o el fino Mehmet Scholl son buena prueba) pero el rol rudo, fortachón, directo y compacto va anejo al ADN de la potencia industrial. Sobre todo en lo que al manejo como bloque se refiere. Un muro que guiña más al hormigón que al granito. Donde la brocha es un fin latente y el pincel un medio menos recurrente.

Sin renunciar a su excelsa competitividad, su sobresaliente poderío aéreo y su decisiva capacidad aeróbica han visto aumentadas sus armas con ese matiz creativo y fantasioso. Una metamorfosis que ha acrecentado la etiqueta de favoritismo en las competiciones de selecciones, postulándose como una de las grandes alternativas al liderazgo patentado por nuestra selección. No en vano, alcanzaron la gama más plástica y plasmaron el fútbol más alegre en el pasado Mundial, pese a naufragar a la deriva cuando la alta mar se encrespó. Löw es el culpable desde el cemento, conozcamos a los artífices desde el césped. Llevan la bisoñez en la frente.

Thomas Müller se destapó como la gran aparición europea en el curso pasado (con el permiso de Pedro). Su bautismo futbolístico con el Bayern fue el trampolín a su confirmación mundialista, ésta última predecesora de su matrimonio con el buen aficionado. Larguilucho, planta de futbolista de antaño, ligeramente desgarbado, su brillo es definible en una amplia cualidad: manejar todas las facetas y perfiles. Barre en juego aéreo, bate desde segunda línea, combina abriendo grietas defensivas, define en cualquier espacio, asiste con decisión y abarca con coraje y resistencia los aledaños del peligro y la zona colindante a la sala de máquinas. 100% polivalencia. De interior busca la diagonal o desborda por fuera. De mediapunta se cose la máscara de todocampista. De delantero acecha el área cual chacal. 21 años y consolidado como jugador total, techo sin vislumbrar.

Mesut Özil nos ha malacostumbrado con asiduas exhibiciones. Tanto que se le tilda de irregular y pechofrío en días de injusta oportunidad. La realidad es su consagración en el olimpo de los trescuartistas. Su voraz desequilibrio en la conducción y una determinación ganadora para el contragolpe lo atestiguan. Detrás de un semblante lúgubre a lo Buster Keaton florece una expresividad creativa plasmada en su toma de decisiones. Pocas veces equivoca la alternativa correcta y muchas habilita el peligro. Se debate entre el perfil Silva y el perfil Iniesta, un híbrido que debe aumentar su bagaje defensivo para acercarse a las prestaciones más completas del segundo. 22 años y toda una carrera por delante.

En un segundo escalón de relevancia vendría el resto de convidados. Marko Marin, 22 años,  todavía no ha lucido en idéntico escaparate. Estrella del Werder Bremen. Llamado a ganar partidos ante planes B para desarbolar defensas gracias a su diabólica velocidad y habilidad para desmontar cinturas entre líneas. Un punto de resistencia y continuidad le ubicaría en la pasarela más mediática. Toni Kroos, 21 años, paso a paso va cogiendo peso y responsabilidades tras su interesante conversión de mediapunta a mediocentro. Criterio en la organización, batalla en el quite, factor sorpresa en sus llegadas y potente disparo. Con ciertas cosas del gran Paul Scholes. Los gemelos Bender (Sven, Borussia Dortmund. Lars, Bayer Leverkusen. 21 años) o la joven y extraordinaria promesa Mario Götze (18 años. Borussia Dortmund) completan parte del prometedor cartel coral instruido ante la “adversidad” del vetusto estilo germano y cobijado en la tiza del maestro Löw.

Del banquillo al camerino: Planteamiento inteligente de Mourinho en la primera batalla Madrid-Barça. Ya comentaba en el anterior artículo que ante el mejor hay que maximizar las armas y minimizar los daños. Que lo cobarde puede convertirse en perspicaz. Un tú a tú entraña un riesgo extra. Se puede discutir la suplencia de Özil, lo cierto es que a Mou no le salió mal la jugada para paliar primero y –tras la entrada del alemán- azotar después. Hoy, a 17 de abril de 2011, un empate ante el Barcelona es un bálsamo dulcificado. Y jugando con 10.

Descomunal despliegue de Pepe. Sobresaliente concentración en el ajuste de líneas. El Barça en su habitual faena; pero, ojo, la dinámica física del Madrid sube como la espuma y ese plus de derroche podría igualar la contienda.

Tras el cóctel, el primer plato se sirve en 3 días: Copa del Rey. Me acojo y remito al artículo SU JUEGO FAVORITO para analizar cualquier planteamiento táctico. No es cuestión de sobrecargar y exprimir repetidamente la misma idea.

miércoles, 13 de abril de 2011

SU JUEGO FAVORITO

Automatismos devorados, maquinaria sincronizada y despliegue infatigable. El dilema se torna en una constante y punzante jaqueca: ¿qué tecla es la adecuada para mitigar los efectos del Barça?. Y, sobre el papel, una vez hallada la misma, ¿qué clase de armas emplear para contrarrestar el aluvión de embestidas de los blaugrana?. Planteamientos sencillos en el papel se conversan a jeroglíficos criptados en el tapete.



Adelantar líneas y compactar en zona central conlleva un riesgo alto de correr y fácil de pagar. Las pérdidas se antojan mortales ante un posible pase al hueco, con la añadida facilidad de burla al fuera de juego. El Barça achica espacios, asfixia la salida del balón, roba y lanza flechas directas al corazón de la portería rival. El 4-3-3 estático vira a un 3-5-2 dinámico, con todo lo que conlleva la acumulación de efectivos en el extrarradio del círculo central: Alves, Busquets (Keita o el formidable Thiago si Puyol –como es de presagiar- no es de la partida), Xavi, Iniesta y las incrustaciones de Messi –habituales- o Pedro –más esporádicas- son sinónimo de superioridad numérica. Especialmente relevante es el papel del 5º medio que baja a recibir entre líneas, arrastra a su par y habilita espacios para el descuelgue del medio o la irrupción por banda del lateral. Y, si es Messi, Juan Palomo ya tiene diagnóstico: sobredosis de betún. Estando el genio argentino de por medio no hay análisis cabal ni diagnóstico eficaz que valga.

Agrandar el campo y amortizar las bandas es aún más osado. En el espacio horizontal ensanchado, la plenitud técnica encuentra el mejor de los cobijos. Xavi e Iniesta no tienen parangón a la hora de deslizar el balón hacia el punto prefijado. Tocar, esconder, dosificar, caracolear, permutar, asistir…el repertorio -con espacios de por medio- se antoja extenso. Flanqueados en la salida por Piqué y Busquets, acondicionados por los desdoblamientos de los laterales e incentivados por el tridente para el gol el esfuerzo del rival se ve sobrecargado. 90 minutos es una eternidad para echar un tú a tú a campo abierto.

Agazaparse en terreno propio y contragolpear en contrario es la tercera alternativa. Obliga a altas dosis de concentración defensiva acompañadas de disciplina y rigor expeditivo. Viene a ser el habitual planteamiento frente al conjunto de Pep Guardiola. La táctica del desgaste casi siempre les genera sus frutos en busca de un resquicio en forma de despiste, mala cobertura, brillante pared, elaboración colectiva o desequilibrante acción individual. Más por mérito propio que por demérito del rival el objetivo es minar la moral del “débil”, del que renuncia al balón y se conforma con los eventuales cartuchos que el contragolpe les regala.

Quedan, por tanto, las tres vías citadas: la empleada por Mourinho en el partido de ida, la nunca usada por el luso o la asidua del ex técnico interista en partidos de esta magnitud. Errática la primera, resultado presumible la segunda y pragmática eficiencia con la tercera. O eso es lo que los precedentes nos indican. Desechar la 1 y la 2 nos envuelve en la tan manida polémica del fin y los medios. ¿Debe el Madrid morir matando o, por el contrario, adaptarse a las circunstancias de un rival concreto?. Mi opinión: la iniciativa –frente a rivales de inferior rango- como medio habitual y el contragolpe –frente al superior, hoy en día el Barça- como excepción para lograr el fin. Abro debate.

En el actual Madrid abunda el perfil pegador y vertical, el de la sorpresa en la ágil transición defensa-ataque. Ahí debe aprovechar sus bazas frente a un Barça que muestra los espacios. La conexión Marcelo-Di María es clave para buscar la espalda de Alves y descoser en el cruce al central de turno. La ausencia de los dos zagueros más rápidos al (Puyol y Abidal) puede marcar el partido. Recuperar y lanzar la contra es el camino. Para lo primero, encuentro más útil la hiperactividad y el dinamismo de Lass que el aporte de Khedira. Para lo segundo, el inicio en estático de Xabi y el galope de Özil. La zancada merengue para combatir el control azulgrana. Mientras, las cañas estarán tiradas, practicando su juego favorito.

Del banquillo al camerino: Quién sabe si la probatura de Pepe en el pivote defensivo puede ser una declaración de intenciones del técnico portugués para apostar por un trivote rocoso y defensivo: Pepe-Xabi-Lass (Khedira). Si bien sacrificar a Di María conlleva mermar el uno contra uno al espacio.

domingo, 10 de abril de 2011

PASIÓN DE LOS FUERTES

Tras los decisivos y –salvo milagro- solventados cuartos de final de la Champions, se baten en duelo los dos colosos de nuestra liga, con los fantasmas del 5-0 y la desacertada bravuconada de Rossell incentivando el ambiente. Segundo gran clásico de la temporada, preludio al carrusel vertiginoso de enfrentamientos directos entre ambos que nos depararán las venideras fechas. De entre ellos, el del sábado noche es el aperitivo, la toma de contacto para medir la escala de la fortaleza mental, el calibraje para regular el objetivo, una aproximación al rival aliñada del habitual orgullo que este tipo de lides conlleva. Ambos llegan enchufados. Con los deberes solventados en Europa a falta de salvar el mero trámite del encuentro de vuelta. Dinámicas ganadoras que se fortalecerán o tambalearán en este primer envite.


Dos estilos opuestos se retarán sobre el tapete del Bernabéu. A un lado, el virtuosista toque blaugrana, la metódica y pausada elaboración del peligro, la larga agonía del rival hasta caer abatido. Por el otro, la vertiginosa transición de los blancos, la letal verticalidad allanadora del atajo, el más esporádico valor de la estética. La mejor generación coincidente de canteranos de la historia del fútbol frente a un atractivo y versátil conjunto fabricado a golpe de talón y lingotes. El sosiego diplomático de Guardiola frente a la acidez transgresora de Mourinho. Estos, y otros tantos, conforman un archivo de antagonismos ya de sobra conocidos.

Con Leo Messi en una dimensión opuesta y sideral a la del resto de los mortales, emergen las figuras de Iniesta y Özil para ocupar el cetro del desequilibro diferencial. Tal vez estemos hablando de los dos medios que más peligro están generando en la temporada. Su punto de partida en la transición defensa-ataque es distinto: el manchego busca la asociación en mediocampo para facilitar el penúltimo pase o irrumpir desde segunda línea asistiendo o definiendo. Por el contrario, el turcoalemán arranca en ¾ husmeando los espacios entre líneas y el desborde en banda, saliendo airoso en el uno contra uno y pisando área. Como denominador común encontramos la finura en el pase, la elegancia en la conducción, la sencillez en el regate y la inteligencia en la elección de alternativa; pero, la mejor virtud de ambos es aumentar las prestaciones de los que les rodean, cooperar con el factor sorpresa del compañero.

Al margen de ellos, la constelación de estrellas es vasta, sería un error focalizar exclusivamente el protagonismo en los anteriores. La dinámica de Benzema es enchufada, decide en el juego combinativo y machaca mirando al arco, no en vano es el máximo realizador de la segunda vuelta. Veremos si su estado físico es óptimo tras su lesión muscular. Xavi portará escuadra y cartabón para ofrecer la enésima exhibición en el pase, una nueva cátedra en el arte de enseñar y esconder la pelota. Marcelo es trascendental para traspasar líneas desde zona exterior, ofrecer dinamismo y fijar el lateral contrario. Villa es sinónimo de peligro desde el espacio del falso extremo trazando la diagonal interior y buscando el palo largo. Xabi es el carburador que impone mesura, desatasca la jugada, el guardián diligente del orden. Alves duplica el trabajo de la banda izquierda contraria al cumplir el rol de lateral-extremo, incansable en sus acometidas. La fuerza hercúlea de Ronaldo pretende desquitarse de anteriores actuaciones discretas ante el máximo rival, devasta con espacios.

Estos, y el resto de protagonistas, marcarán el punto de inflexión en esta primera piedra de un mes  in precedentes en los Madrid-Barça. En un escenario donde sólo los más fuertes despliegan su braveza, casta, coraje y pasión. Donde el verde del campo evoca el arcilla del lejano oeste. Donde los jugadores se enfudan el disfraz de forajidos. Un sello certificado que da fe pública del por qué -para los amantes de este deporte- el 8º arte tiene carácter nominativo. ¡Qué empiece el espectáculo!.

Del banquillo al camerino: Puyol está azotado por las lesiones. Al margen de los enfrentamientos de este mes, no pasarán muchos clásicos hasta que veamos a un central que viene desde abajo pisando con fuerza: Marc Bartra. De perfil Piqué. Ya habrá tiempo para hablar de la nueva hornada que está fabricando La Masía.

miércoles, 6 de abril de 2011

QUEMAR DESPUÉS DE LEER

El cierre de una etapa y la llave maestra a la siguiente puerta trae consigo dosis de reflexión, reclama el ingenio y empuja al inicio de nuevas iniciativas previamente aposentadas en la mente. Iniciar una andadura bloggera era una de ellas. Falta de tiempo y de decisión en la arrancada han demorado lo que a día de hoy va cogiendo color. El enfoque era claro: fútbol y más fútbol. Por ser uno de mis hobbies y por regalar versatilidad a la hora del debate en un espectáculo que tanta masa social alberga. Hacía falta un broche, una cinta que envolviese el contenido. De ahí la fusión con el cine, un tributo metafórico en suerte del encabezado de cada artículo, coincidente con una película. La hilarante comedia de los Hnos. Coen es una buena toma de contacto para simbolizar lo que refleja su propio título y este primer escrito: un preludio sin contenido relevante que se puede desechar a la espera del “debut oficial”, una mera campaña informativa. 


La filosofía de este blog, y sus artículos venideros, no es servir de crónica post-partido. Todos los lunes, en la prensa escrita, hay brillantes crónicas que nutren de conceptos sobre el encuentro que no hemos podido ver o que hemos visto y queremos cotejar en impresiones. Véase las de Santiago Segurola. Ello no riñe con que –de forma esporádica, en duelos de máximo postín- muestre mi visión a toro pasado, aunque más relacionado con aspectos tácticos que con una descripción de hechos fehacientes.

Por tanto, este espacio irá centrado a generar debate (al final de cada artículo podréis dejar vuestra opinión y plasmar vuestro punto de vista) sobre ciertos extremos del deporte rey: jugadores contrastados, gratas sorpresas, jóvenes valores al alza, equipos victoriosos, fracasos, tácticas y sus variantes, selecciones, equipos nacionales, escuadras foráneas, etc. En definitiva, polivalencia por bandera. No obstante, el Real Madrid tendrá una cuota principal de protagonismo, por dos razones: revuelo mediático que despierta y “amor”personal hacia sus colores. A rebufo irán la selección española y el Barça.

El lunes se estrenará El 8º arte. Que mejor manera para iniciar el reto que un post sobre el Madrid-Barça de la siguiente semana, antesala del segundo artículo: análisis técnico-táctico del mismo encuentro. Espero que os guste y consolidemos un lugar de contraste de opiniones interesantes.