lunes, 4 de febrero de 2013
viernes, 11 de enero de 2013
Primeros coletazos de Brasil Sub-20
Sí,
sigo vivo. Me he tomado una larga tregua desde la última entrada. Falta de
material, fruto del poco fútbol visto; falta de ideas; falta de ganas de
postear sobre el Real Madrid que atraviesa el momento más delicado de un
proyecto que debería ser perenne en el ciclo.
En
esas me encuentro que anteayer empezaba el sudamericano
Sub-20, pasarela y lanzadera de jóvenes perlas CONMEBOL. Me quedé con ganas
de ver el debut de Argentina (debió
de ser un fiasco ante Chile): horario muy heavy. Ayer, era turno de Brasil y
las 0.00 -hora española- una barrera perfectamente asumible. Me puse a ello,
virgen en conocimiento del plantel de la principal favorita.
Para
enmarcar en antecedentes el favoritismo de la canarinha basta saber que es la actual tri-campeona; y que en la anterior edición, la de 2011,
contaba en nómina con nada menos que Neymar,
Óscar, Lucas Moura, Casemiro, Danilo y Henrique. Vapuleó (6-0) en la final a
Uruguay.
Estos
días, los entendidos hablaban de una generación netamente inferior –entiendo
que con evidencia- a la predecesora, pero con varios jugadores a marcar en rojo
permanente. Lo cierto es que su debut fue muy discreto. Detalles, cositas individuales interesantes, pero sin engranaje
colectivo. Fiel reflejo de la situación actual del fútbol absoluto
sudamericano: el bloque bien trabajado ha menguado las diferencias entre
punteras y tapadas. La calidad individual como patrón de éxito ha perdido punch.
Saltó
la tricolor al campo con Luis Gustavo; Wallace,
Luan, Doria, Mansur; Misael; Felipe Anderson, Mattheus; Marcos Junior,
Ademilson y Adryan. Un ofensivo 4-1-2-3
con dos interiores con alma de mediapunta y un medio centro “mopa-escoba” que
ni pasaba ni barría. Me refiero a Misael. Algún día hablaremos largo y tendido
de la viuda posición del ´5´ brasileño
(sí, la de Tonino Cerezo
o Mauro Silva). Tal vez ése sea su principal déficit de competitividad actual.
Brasil,
en esa zona capital, ni construía ni encontraba a Felipe Anderson ni a Mattheus.
Sobre todo al primero, muy alejado de recepciones cómodas e incapaz de ofrecer
apoyos. Me pareció un ´10´ diluido, de chispazos en ¾ y escaso peso en
½.. Sí brillo Mattheus (hijo del gran Bebeto), pero sus
características avisan de un zurdo llegador, de finas conducciones y una severa
capacidad para el remate. Es decir, no es un jugador para marcar el ritmo en la
base. En ese contexto, se necesitaban
conducciones de los centrales para atraer y romper la simetría del bien
trabajado 4-4-2 de Perú. Pinta que tanto Luan como Doria (ojo a la plantaza y poderío
de este chaval) tienen capacidad para ello.
Imprecisa, nerviosa y separada en parte
media. En parte alta, no ayudaba el
comportamiento de extremos: Marcos Junior, por derecha; Adryan, por izquierda. Ninguna
ventaja del primero, ni individual ni colectiva. Algunas acciones de mérito de Adryan en asociación con Mattheus o
con Ademilson. Hay madera de jugador en el ´8´. Aptitudes técnicas
sobresalientes para combinar por dentro y rajar al espacio. Buena orientación
para sacar el disparo. El que también dejó
pasajes de lucidez fue el delantero centro Ademilson. Engaña por su físico,
parece que no va a ganar la lucha a su par, pero siempre acaba reaccionando una
centésima antes: explosividad, destreza en espacios reducidos, tino para
habilitar y rapidez para encañonar.
No
he hablado de los laterales pues es un capítulo que no merece especial
atención. Lejos del clásico peso ofensivo de la figura del doble lateral
brasileño. Venía con más cartel Wallace, el derecho. Me dejó frío. Sí me gustó
algo Mansur, cargó mejor por la izquierda y dio más profundidad para liberar a
Adryan.
El
que sí brilló como revulsivo fue Fred. Agresivo en el desborde. Fue el que más
cerco estuvo de voltear el marcador. No sería extraño que mandase al banco a
Anderson o a Junior. Un banco que contaba con Rafinha, el hermano de Thiago Alcántara, que no debutó.
¿Oportunidad para él en el segundo choque?.
Acabo.
Antes debo mencionar al excelente comportamiento táctico del cuadro ecuatoriano.
Principalmente hasta que las fuerzas físicas aguantaron. En lo individual, muy interesante el delantero Cevallos.
miércoles, 28 de noviembre de 2012
#YoSoyDeMou
Mourinhismo. Ser o no ser. Blanco
o negro. No hay medias tintas. El asunto se pone chungo y el fulanismo de
los panfletos de mayor tirada limita a estar con él o contra él. No valen grutas
menorquinas para cobijo dialéctico de anodinos y pusilánimes. La paleta de
grises conviene difuminarla ante el
acoso obsesivo del Comando Txuletón,
la Buhardilla Torres y la Tropa Meana. Cada cual con
su modus vivendi y operandi.
El
Comando Txuletón ruge a borbotones desde esa
red montada en torno a asadores de medio pelo, horteras de tres tallas más,
discurso casposo y colesterol en celo. Siempre relacionados con jugadores que
gozan de considerable estima entre los aficionados. Campechanos. Van de cara. Su
campaña nace del irracional sentimiento
de nutrir, sí o sí, de canteranos el Real Madrid. Para ellos, el proceso de
promoción de juveniles lo tiene que pagar, a cualquier precio, el primer equipo.
La Buhardilla Torres es el engañoso desván que, inicialmente, invita a la
plática y a la contemplación. Con el tiempo, se va convirtiendo en un cuchitril
donde egos y resentimientos se clavan cual dardos en los alicaídos techos. Sus
socios anudan lazos desde la morada cebrianista.
Profesan la fe valdanista. Sibilinos. Dados a la tergiversación encubierta. Presumen
de buena relación con un sector directivo. Serían
felices con posesiones cercanas al 80 % y con la exterminación deportiva de
jugadores no virtuosos. Y sí el semblante de jugadores y cuerpo técnico es
el de un humilde pajillero pillado con las manos en la masa, mejor.
La Tropa Meana son los peones-satélite lanzados –sin protección- al
fango por los engulletxuletones y los
comepavo. Acuden a las ruedas de
prensa complacientes, poniendo la mejilla derecha, de manera servicial, esperando
el mordaz arañazo de Mourinho. Becarios
y lacayos de los amos de la campaña de desprestigio. No hacen pupa ni
cosquillas, son domables con la palabra.
Mourinhismo es desmarcarse de las tres corrientes anteriores. Mourinhismo es un brindis a la honestidad antes que
a la humildad. Mourinhismo es ser
consciente que, ante el éxito, una dosis de vanidad es natural. Mourinhismo
es comprender, de manera racional, que tirar piedras contra sus jugadores es
hacerlo contra su propio tejado. Mourinhismo es enarbolar la bandera
contra el mangoneo y las filtraciones. Mourinhismo es ejercer el derecho al
proteccionismo interno. Mourinhismo es que nuestro
presidente se declare expresamente mourinhista.
Mourinhismo
también es desplegar el sentido crítico contra el mourinhismo: no se puede caer en lo que se denuncia.
Mourinhismo es Ethan Edwards caminando por el rojizo y sagrado
Monument Valley. Mourinhismo es Don Fermín plantando cara a Cayo Mierda ante Zavalita.
Mourinhismo
es que te sienten peor tres latas de Coca-Cola que siete Brecon con Fever-Tree.
Mourinhismo es transgredir el protocolo en el Royal
Albert Hall. Mourinhismo es cantar
un fado en La Alfama
ataviado con la camiseta LQDM. Mourinhismo es llevar a Cáritas esos
anchos 501 y Dockers empolvados en el fondo del armario. Mourinhismo es echar un órdago a juego siendo
postre y con los pares ganados. Mourinhismo es Rick Blaine esperando
la llegada de Ugarte. Mourinhismo es un riff de Roger
MCGuinn cortando tu respiración. Mourinhismo es llevar camisas de
cuello mao y pitillos. Mourinhismo es perderse en el corazón de Greenwich Village. Mourinhismo
es una noche canalla.
Mourinhismo es ahogar al rival desde Pepe-Ramos para robar más y
mejor. Mourinhismo es aprovechar las correciones verticales de Khedira
y las horizontales de Xabi, y desde ahí sacar partido con Di María y
Özil/Modric. Mourinhismo es que te chiflen como futuribles Marouane Fellaini
y Arturo Vidal. Mourinhismo es competencia para la portería. Mourinhismo es dar amplitud para agrietar por dentro. Mourinhismo
es salir en lavolpiana para dar fuerte y flojo. Mourinhismo es buscar el
contrapunto entre las necesidades Benzema-Higuaín y Marcelo-Coentrao. Mourinhismo es adorar a Ronaldo. Mourinhismo
es conjugar el juego de posición con el de contragolpe.
Mourinhismo es tener fe en ganar la Décima esta temporada.
#YoSoyDeMou. Y éste va a ser el primer y último alegato que hago
en toda la temporada. No nos despistemos del foco principal: el fútbol.
viernes, 16 de noviembre de 2012
El Renacimiento belga
Recuerdos
fugaces dieron paso a un ensamblaje más racional en las fases finales del
Mundial de USA 94, Francia 98 y Corea del Sur-Japón 02. Y mi sensibilidad con el fútbol belga decrecía con el paso de los
torneos, al compás de su fuga de estrellas, y al silencio de las no emergidas.
El panorama en mi mundo subjetivo era tal que así: me seguía diciendo mucho
Scifo; me dio rabia que Nilis no
llegase donde esperábamos; el potente Wilmots convencía, Goor era delicioso
pero inconstante; los Mpenza más apariencia exótica que rentabilidad. Y así.
Cositas y detalles.
Han pasado diez grisáceos años desde su
última participación (siguen Simons y
Van Buyten, los últimos de la fila) y a 20 de noviembre de 2012 estamos
capacitados para afirmar, con rotundidad y alevosía, el renacimiento belga. Ojo, no un renacer cualquiera: su absorbente
cúmulo de talento nos obliga a etiquetarla entre las potenciales candidatas
dentro de Europa. No sabemos que será de ella pero sí podemos intuir de lo que
podría ser capaz.
El
exjugador Marc Wilmots está a los
mandos desde escaso medio año. El reto es exigente pues recientemente se ha
achacado a la prometedora hornada un carácter liviano y poco dado a la
adaptación en contextos de máxima competitividad. Lo cierto es que los diablillos están aprendiendo a sufrir y
ya campean en el exigente Grupo A –al alimón con Croacia- camino al Mundial 2014 de Brasil. Tres victorias
[0-2 en Gales, 0-3 en Serbia y 2-0 ante Escocia] y un empate [en Bruselas ante
Croacia]. Van ganando automatismos. Y por bastones y cachavas sumarán en
experiencia: la media de edad de los 18
jugadores más utilizados no llega a 24 años.
Wilmots
ramifica el nutrido 4-5-1 en un
4-1-4-1, 4-2-3-1 y 4-3-3. Juega con los esquemas en salida y cierre según el
rival. Dos factores determinan que su sistema tenga X o Y esquema: la altura de la presión y la posición
del gran Fellaini. Sabedor del talento que destilan sus futbolistas, suele
robar alto y volar hacia el área rival; pero también recuperar en zonas
intermedias, para pausar y dar tiempo a juntarse a su línea defensiva. Una
línea que derrocha calidad a la vez que se muestra vulnerable en situaciones de
máximo riesgo.
Me
gusta la personalidad y la jerarquía que exhibe Thibaut Cortouis (Atlético. 20 años)
bajo palos. Va asentando su titularidad y ganando la partida a Simon Mignolet
(Sunderland. 24 años). Carácter para ordenar una defensa de cuatro que no
defiende cerca de él cuando el cuero está en campo contrario, pero que se junta
para salir desde Vermaelen (habitualmente). Su perfil académico y envergadura (1,98 m) le permite dominar el área
chica, atacar centros laterales y medir bien los tiempos. Colocación y reacción
para llegar a las esquinas. Ágil en el uno contra uno para su corpulencia. Muy
completo. Sus fallos fruto de la inexperiencia cada vez son menores y está
siendo su temporada de consagración antes
de dar el salto al Chelsea. Tal vez su mayor lunar sea su juego de pies.
Mignolet es sólido y solvente. 193 centímetros de elasticidad y reflejos.
Activa mejor que Courtois en los saques de puerta. Muy seguro, pocos fallos
cuantificables, pero sin ese olor a
portero dominante que sí desprende Cortouis. El veterano Jean-François
Gillet (Torino. 33 años) es el tercer portero.
Quizá
tengan la retaguardia con mejor salida
de balón del continente: Vermaelen, Vertonghen, Alderweireld o Kompany son
sinónimo de primer pase limpio. El epicentro inferior se ve difuminado, lo cual
es bueno para burlar presiones focalizadas en un punto débil. El overbooking de centrales de nivel se
traduce en que los carriles los ocupan centrales puros que pueden desenvolverse
tanto por fuera como por delante de la defensa. Hablamos de Alderweireld y
Vertonghen.
Toby Alderweireld (Ajax. 23 años) es planta y colocación. Proyección
ofensiva media, siendo más lateral de
apoyo -para descongestionar- que de ruptura. Dominio aéreo. Busca comodidad
en defensa posicional para exhibir contundencia en los cruces cortos. En
espacios muy anchos sufre más, tanto corriendo hacia atrás como abarcando
horizontal. Por dentro, es innegociable la dupla Kompany-Vermaelen. Vincent Kompany
(Manchester City. 26 años) se ha instalado en la élite de la posición. Percha
(1,93 m) para dominar el juego aéreo, el cuerpo a cuerpo y los cruces. Es el más elástico de los centrales belgas.
Ordena la línea en el achique y el fuera de juego. Preciso con balón. Su
poderío físico y velocidad son fundamentales para acorazar la zaga. A veces,
comete fallos de concentración, sobre todo en los partidos de altos vuelos,
donde debe aprender a sufrir. Thomas Vermaelen (Arsenal. 27 años) actúa a la
izquierda de Kompany. Zurdo de exquisito
pase, desplazamiento y conducción. Capacidad de liderazgo. Asume
responsabilidades pero se expone mucho en campo abierto, principalmente a su
espalda. Tácticamente es pulcro y defendiendo de cara un fortín (juego aéreo,
marcaje y colocación). Tiene mucho gol. Los problemas físicos le restaron
continuidad y seguridad. Puede actuar de lateral. Jan Vertonghen (Tottenham. 25 años)
es el ´3´ de Wilmots. Versátil para jugar de central, lateral, pivote o
volante. Para no ser menos, sus cualidades técnicas también son sobresalientes.
Contundente, duro, potente y dado a la anticipación: por tierra y aire. Se
proyecta más que Alderweireld. Escoge bien en corto-largo y posee un misil en su zurda. Si hablamos
de su punto débil hay que hacer alusión a su capacidad de reacción en el uno
contra uno. Necesita cerca de Vermaelen pues lo pasa mal ante extremos
habilidosos.
Recambios.
Diferente a Alderweireld es el volante reconvertido Guillaume Gillet (Anderlecht. 28
años), que pelea por la titularidad en el ´2´. Gana todo el pasillo cuando
Wilmots apuesta por un interior para el sector central. Muy ofensivo. Rápido, descarado en el uno contra uno y resolutivo
ante su par. Sin el dominio táctico y la corrección horizontal del anterior.
Pierde más la posición aunque rectifica mejor en esfuerzos prolongados. Nicolas Lombaerts
(Zenit. 27 años) es el primer recambio para los centrales y el lateral izquierdo.
Central correoso, valladar aéreo, expeditivo, perfil marcador. Menos criterio técnico que los anteriores. No se
complica y defiende bien de cara. Buen complemento cuando falla uno de los
titulares. El veterano Daniel Van Buyten (Bayern. 34 años), Laurent Ciman
(Estándar de Lieja. 27 años) y Sébastian Pocognoli (Standard de Lieja. 25 años)
abastecen el fondo de armario defensivo.
Decía
antes que el nutrido medio del campo está formado por cinco jugadores que,
según las circunstancias y los nombres, inciden en diferentes zonas. Factor que
de por sí nos desvela dos rasgos de los centrocampistas
belgas: polivalencia y dinamismo. El denominador común suele ser el
siguiente: un mediocentro vivaz en la salida y rapaz en la recuperación; un
interior de constantes apoyos, conducciones y combinaciones; un interior de
furia, quite, verticalidad y segunda jugada; dos extremos mentirosos que
dominen su sector exterior y el interior. Todos
se sienten cómodos con el balón y el técnico potencia esa idea.
Tras
su despampanante traspaso, estamos viendo al temperamental Axel Witsel (Zenit. 23 años) cerrar
como vértice. No sólo tiene calidad técnica, visión de juego y fluidez mental
para dividir los ejes; también es agresivo en el tackle, fuerte en el marcaje y
continuo para robar. Gira bien y siempre ofrece soluciones ante presiones
exigentes. Se adapta a ritmos bajos y
altos. El extraordinario y exótico Marouane Fellaini (Everton. 24 años) es el jugador
que marca la frontera del esquema táctico. Le vemos de pivote, de interior
recibiendo a la altura de Witsel, de interior en horizontal con Dembélé, de
mediapunta, de segundo delantero…y casi siempre buscando sorprender en segunda
jugada o ganando en prolongación. Hablar de Fellaini es hacerlo de un jugador atemporal, bizarro y magnético.
Uno de los mejores de la Premier League. 194 centímetros de coordinación y
equilibrio. Vertical como pocos. Abanico
de controles. Incisivo sin balón y habilitador con él. Punch dentro del área. No se siente tan cómodo como Witsel o Defour
dominando largas posesiones, pero técnicamente es muy completo y está
aprendiendo a que el balón no le queme. Soberbio táctica y físicamente. No
tiene claro Wilmots que Steven Defour (Porto. 24 años) sea suplente de
aquellos. Le gusta, y mucho, para jugar escalonado de Witsel o Fellaini. Puede ser primera referencia por la
habilidad que tiene para proteger el balón. Notable rango de pases, generoso en
lo colectivo, inteligente, técnico. Centro de gravedad bajo que lo convierte en
difícil de detectar en el regate. Menudo, que no débil, talón de Aquiles en el
dominio aéreo. Moussa
Dembélé (Tottenham. 25 años) es el interior izquierdo. Solidario en
el apoyo y brillante en la orientación. Rápida
zurda de muchos kilates: alto porcentaje de acierto en pases, fina
conducción que invita al desborde y facilidad para pegarla desde fuera del
área. Capacidad aeróbica. Sigue ganando en criterio táctico y bagaje defensivo.
Recordemos que hasta hace año y medio era un extremo o segundo delantero.
Dueño
de una de las dos posiciones abiertas del ataque es, indudablemente, Eden Hazard
(Chelsea. 21 años). Jugador franquicia
del proyecto belga. Llamado a decidir en esas semis de Champions o esos
cuartos de un Mundial. Me ahorro describir al jugador europeo con más
proyección, con permiso de Isco y Götze. Entiendo que cualquier lector podría
compilar, por sí mismo, un listado con sus cualidades. Lo que sí me interesa
más es hacer hincapié en su posición.
Una posición que bien puede ser de partida por la derecha o por la izquierda.
Con De Bruyne escorado al flanco diestro, Eden parte por el siniestro para
crear mediante diagonal y generar ventajas en el pasillo central a espalda de
los medios rivales. Con Mertens dentro, puede permutar posiciones (cobrando más
sentido el 4-2-3-1) o ser protagonista como ´7´. Lo mismo que con Chadli, que
adora la banda cambiada pero el seleccionador ya le ha sacado provecho
alternando el carril derecho y el central. Tanto Hazard como sus compinches
manejan todo el ancho: un 4-2-3-1 potencia su movilidad y un 4-1-4-1/4-3-3
requiere más destreza en el entendimiento entre interior y extremo. Todos suelen tirar la línea a una
considerable altura, obteniendo la cohesión desde Fellaini.
El escurridizo Dries Mertens
(PSV. 25 años) es puro desequilibrio entre líneas. Buen olfato. Posee un uno
contra uno rompedor y un disparo seco que potencia recortando en la frontal con
el fuera-dentro. También otorga amplitud exterior desbordando por fuera. Veloz
en contragolpes y bullicioso en ataques posicionales. Uno de los jugadores más útiles como revulsivo y productivo en espacios
reducidos. Kevin
de Bruyne (Werder Bremen. 21 años) tiene una pinta a crackazo que
echa para adelante. Viene jugando a pierna natural, ahí me gusta mucho. Su pierna derecha es un guante dispuesta a
poner ´bananas´ en el corazón del área, siendo el jugador que mejor activa
pegadito a la cal y minimizando el efecto embudo ante defensas muy cerradas y
no giradas. Su radio de acción es amplísimo y sus gestos técnicos pura seda. Protagonista a balón parado. Elige bien
y detecta con destreza las zonas interiores ventajosas. Le falta un plus
físico: en el momento en que su rendimiento defensivo vaya a más estará
capacitado para dominar partidos en posiciones más retrasadas. Nacer Chadli
(Twente. 23 años) es otro de los jóvenes aventajados. Potencia, electricidad, ritmo
y superioridad física. Rompe con balón y
sin él. Su gran cualidad es aventajar a su par por repertorio técnico como
por zancada. Con la selección incide unos metros más atrás que en la
Eredivisie. Y no lo ha hecho nada mal, pese a que no es un avezado en los
ataques pausados. Hay mucho material en el jugador de origen magrebí, mientras
se está naturalizando su posición definitiva.
Kevin Mirallas (Everton. 25 años) es un asiduo de las convocatorias.
Hasta la irrupción de Benteke y Lukaku era empleado como solitario punta, ahora
viene desempeñando –Everton y Bélgica- la función de delantero escorado a una banda. Entiendo que es su posición más
idónea ya que es un jugador muy rítmico, con facilidad para la asociación y
velocidad para salir por fuera. También para levantar la cabeza y conceder ese
segundo para ganar espacios. Maarten Martens (AZ. 28 años) no ha contado de
momento para Wilmots, antes sumaba con su capacidad para pisar área, habilitar
y driblar. El que sí ha debutado con el técnico belga es Ilombe Mboyo (Gent. 25 años),
mostrando mucho desparpajo arrancado desde la banda. Potencia de la escuela
africana. El veterano mediocentro Timmy Simons (Nuremberg. 35 años) y Jonathan Blondel
(Brujas. 28 años) son opciones para robustecer el centro del campo. Simons
también ha jugado bastante de central.
Bélgica
ya parte con un ´9´ referencia. Lo
titularidad de Benteke es merecida, su rendimiento está siendo superior al de
Lukaku. Christian
Benteke (Aston Villa. 21 años) lleva cuatro goles en nueve partidos: una cifra más que considerable
(Lukaku lleva uno menos habiendo jugado el doble de partidos). Mucha movilidad
para barrer todo el frente, recepcionar escorado o de espaldas para facilitar
la llegada de la segunda línea. Garbo congoleño en arrancada a espalda de
centrales. Perímetro físico más que considerable para ganar el cuerpo a cuerpo.
Potente remate con ambas piernas y la
cabeza. Le falta precisión en la ejecución para ser un delantero más voraz.
Romeo Lukaku
(WBA. 19 años) progresa adecuadamente pero quizá más al ralentí de lo que se
hacía presagiar cuando era un prodigio de 16 años. Tanque zurdo, de complexión
fuerte, y que puede actuar por todo el frente. Autosuficiencia para fabricar
peligro. Mueve sus 95 kilos con suma rapidez. Cómodo con recepciones lejanas y
asociaciones que no llevan como sello el último pase. Tremenda potencia de disparo. El tiempo le ayudará a mejorar su
toma de decisiones y ganar sensibilidad dentro del área. El Chelsea debe
esperar. Igor de
Camargo (Borussia Mönchengladbach. 29 años) y Jelle Vossen (Racing Genk. 23 años)
son el tercer plato del frente de ataque belga
Así es la prometedora selección belga. Claro que no todo el lienzo es de color rosa. La
paleta todavía sigue presentando tonalidades ocres. Normal. El margen potencial-rendimiento
es muy ancho. La bisoñez la corrige la fugacidad, los desajustes se pulen desde
el banquillo. Uno de ellos es mejorar sin balón. Otro creerse lo buenos que son. Avanzan.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
El rock del Verano del Amor
Los fogosos clubs del Sunset Strip fueron el germen del Verano del Amor, San Francisco se encargó de ejecutar esa amalgama contracultural: LSD a mansalva, Human Be-In, tupidas greñas, Beatnik, destape cromático, Ginsberg, raga, Monterey Rock Festival, psicodelia, adornos florales, gurús orientales, proclamas antibélicas, Fillmore Auditorium…y un desfile de astros magnéticos del rock.
1967,
además de ser fulgor del movimiento hippie, ¿trajo consigo la mejor añada rockera de la historia?. Yo
no tengo dudas. A bote pronto y pillándote a contrapié: Sgt. Peppers Lonely Hearts Club
Band
y Magical Mystery Tour (The Beatles);
The Doors y Strange Days (The Doors); Something
Else by The Kinks (The Kinks); Younger Than Yesterday (The Byrds); Disraeli
Gears (Cream);
The Piper At The Gates Of Dawn (Pink Floyd);
Are You
Experienced? (Jimi Hendrix); Smile
Smile y Wild Honey (The Beach Boys);
Between the Buttons y Their Satanic Majesties Request (The Rolling Stones);
Forever Changes (Love); The Who Sell Out (The Who); The
Mamas & The Papas Deliver (The Mamas & The Papas); Surrealistic Pillow y After
Bathing at Baxter´s (Jefferson Airplane); Buffalo Springfield Again (Buffalo Springfield); The Grateful Dead (The Grateful Dead); Big Brother & the Holding Company (Janis Joplin); John Wesley Harding (Bob Dylan); The
Velvet Underground & Nico (The Velvet Underground). Creedence Clearwater Revival y The
Allman Brothers Band estaban en plena gestación.
Ni
soy sospechoso de consumo de sustancias ácidas (me basto y me sobro en el terreno
de los espirituosos) ni comulgo con el ideario hedonista mal llevado a la
perpetuidad (la canallesca mesurada no riñe con determinados valores y
principios); pero, joder, quién pudiera meterse en la maquinita del flahsback,
pulsar el botón de 45 años atrás y asomarse al Festival de Monterey. Por ejemplo. Para empezar. Y a partir de ahí
barrer en círculos todo el salvaje oeste no sin antes deslizarse en el
embriagador valle del Napa. Así, sin preocupaciones. Bueno, paro: piso tierra y
pongo las manos en el reproductor para pincharte siete referentes del 67:
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