martes, 17 de mayo de 2011

DOCE HOMBRES SIN PIEDAD

Gestas pasadas y equipos legendarios tiñen de recuerdos la retina. Clásica es la estampa del nieto ávido de fútbol cobijado entre los brazos de su abuelo y recitado -a golpe de carrerilla- por alineaciones perennes. No en vano, factores como la asignación de dorsales clásicos, banquillos más cortos de efectivos, menor carga de partidos o rotaciones esporádicas alimentaban la creación de pseudo-trabalenguas de la clásica 3-2-5.

No obstante, en el fútbol moderno la memoria también nos deleita con escuadras a imagen y semejanza de la gloria, protagonistas de juicios sumarios del triunfo, hermanos de sangre del éxito. Y todo sin necesidad de la búsqueda en testimonios ajenos, una simple conexión entre la mente y nuestro pasado nos trae a colación archiconocidas formaciones. Fagocitadores de victorias que cosecharon sus logros apoyados en el binomio entrenador+once inicial predefinido (o quasi, cuando un imprevisto lo impedía). Donde la cuota del míster se antojaba decisiva para revertir la dinámica, dando lugar a distintas tácticas alejadas del esquema clásico. Pongamos algunos nombres y apellidos, en orden aleatorio.


El largo periplo de Sir Alex Ferguson en el ManU lo podemos segregar en cuatro etapas: la inicial de los Cantona, Ince, Hughes y compañía; la que haré mención; la era Cristiano Ronaldo; y el actual United. Pues bien, la segunda, marcada por la remontada in extremis al Bayern Munich en la final de Champions del 99´, nos muestra el rostro más angelical de los diablos rojos. Sus protagonistas: Schmeichel; G. Neville, Stam, Johnsen, Irwin; Beckham, Keane, Scholes, Giggs; Yorke y Cole. Prototipo del 4-4-2 inglés con una fórmula trifásica infalible: apertura+centro+remate. Orden táctico en la retaguardia (laterales de perfil medio en las transiciones), doble pivote box to box, precisión milimétrica desde los extremos y doble “9” para reventar las mallas. Previa fuerte presión y recuperación en zona ancha, la premisa era clara: ensanchamiento del campo al punto fuerte de Beckham (la rosca al área) o al doble punto de Giggs (el centro templado y el desequilibrio a su par), movilidad de uno de los puntas para arrastrar a su marca, desmarque de su cómplice y generación de factor sorpresa con el descuelgue de Scholes para el rechace o el remate dentro del área. El resultado originaba una verticalidad apabullante y un frenetismo complicado de digerir para el contrario los 90 minutos.

Si la justicia tiene una deuda sine die con el fútbol holandés de selecciones, la antítesis es su máximo exponente a nivel de clubs: el laureado Ajax de Amsterdam. Louis Van Gaal saltó a la palestra con un atrevido y bisoño combinado que alcanzó la gloria europea con un gol del imberbe -por aquél entonces- Kluivert. Corría el año 95. Y estos eran los culpables: Van der Sar; Reiziger, Blind, Rijkaard, F. de Boer; Davids, Seedorf, Litmanen; Finidi, Kluivert (R. de Boer) y Overmars. 4-3-3, asimétrico, de amplia polivalencia y movilidad. Perfil netamente ofensivo con un mediocampo que mordía en el despliegue pero que inventaba en la posesión. Eje central veterano y corrector de los desajustes tácticos que el alegre estilo propiciaba. Puñales en zona exterior y reguero de llegadas en segunda línea con el finlandés Litmanen como un híbrido de “9” y “10” por detrás del punta móvil, tras él el derecho de pernada de Seedorf para el disparo lejano y la exquisita salida de balón del zurdo Davids. Plástico a la par que dinámico.

No podía faltar en el olimpo de los míticos el Milan de Arrigo Sacchi, construido entre el último suspiro de los 80´ y los albores del 90´. El grueso de la selección azzurra y los tres grandes (recordad el límite de tres foráneos en aquella época) de la triunfante selección holandesa del 88´ formaban filas. Galli; Tassotti, Baresi, Costacurta, Maldini; Donadoni, Ancelotti, Rijkaard, Evani; Gullit; Van Basten. 4-4-1-1 con el desequilibrio entre líneas del genial Ruud Gullit, la grandeza técnica de Marco Van Basten en los linderos del área y centrocampistas todoterreno en todos los perfiles. Potencial ofensivo al margen, seña y principal rasgo de identidad de los milanistas era su funcionamiento -cual maquinaria relojera suiza- de su línea defensiva en la habilitación del fuera de juego, con un magistral Baresi a la hora de marcar los tempos en la salida. Y dicen que sólo en fase ofensiva se puede elevar el fútbol al octavo arte, que revisen la sincronización patentada por Sacchi. Dos Copas de Europa consecutivas dan fe para alimentar la leyenda.

Cierro el homenaje con un par de selecciones. La Francia de Aimé Jacquet, en la cima del Mundial 98´, al compás del Nureyev del fútbol: Zinedine Zidane. Tropa al completo por: Barthez; Thuram, Desailly, Blanc (Lebouef), Lizarazu; Deschamps, Petit, Karembeu, Djorkaeff, Zidane; Guivarch (Dugarry). Una especie de 4-5-1 con punto débil en el hombre avanzado, robusto entramado defensivo con vértice superior en Deschamps para el 3-5-2 en las transiciones con laterales largos (decidiendo en semifinales con un formidable Thuram) y dirigiendo la orquesta a su antojo Zidane, bien secundado por Djorkaeff en la asociación y generación de peligro al borde del área. La otra sería la paradójica Brasil del 94´ de Carlos Alberto Parreira; o, lo que es lo mismo: la canarinha más defensiva de la historia. Taffarel; Cafú, Aldair, Marcio Santos, Branco; Mauro Silva, Mazinho, Dunga, Zinho; Romario y Bebeto. Marcado 4-4-2 con laterales-extremos y una rareza de cuatrivote con mayor recorrido exterior de Zinho y algunas incorporaciones de Dunga y –en menor medida- de Mazinho. La autosuficiente magia de Romario y Bebeto bastaban para inventar el gol. El triunfo no riñe con la contraposición de estilos.

Del banquillo al camerino: Era complicado incluir otros memorables equipos sin prescindir de un pequeño análisis de los anteriores. Seguro que los lectores de este blog tienen predilección especial por alguna escuadra del fútbol moderno que no haya sido objeto de mención en el artículo. He considerado oportuno no aludir a nuestro fútbol (la actual selección española, el Barcelona de Guardiola o el Madrid de Del Bosque) por ser temática tan repetida y manida.

3 comentarios:

  1. Ese equipo del Manchester United... ¿Podría ser el Athletic del Año que viene? Centro del campo Javi Martinez y Ander HErrera (por Keane y Scholes), David Lopez por Beckam y Muniain por Gigs... salvando las distancias evidentemente. No firmo.. pero sabes quien soy. Un arbazo crack!

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  2. Si tuviese que elegir alguno de los mencionados, sin duda me quedo con el Manchester. Considero que es el más completo en cuanto a tradición futbolística, arraigo con el aficionado, logros y un compendio que no hace sino causar admiración.

    Eso en cuanto a concepto histórico, por que en la actualidad es el culmen de un largo proceso. No en vano va a disputar su tercera final de Champions en cuatro años. Eso marca el carácter ganador, fiel a un sistema por todos conocido que lo convierte en garantía de éxito gracias a la calidad que atesora en sus filas.

    En cambio, a la hora de predecir un ganador de la próxima final que nos aguarda, me inclino por el Barca. Creo que le tiene cogida la medida y no va a poder afrontar de manera meritoria semejante reto.

    Pablo, creo coincidirás conmigo en quién será el próximo ganador de la Champions 2010-2011.

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  3. @ Jacob
    Carlangas,sabes que ese cento del campo hace aguas con Muniaín de interior y Herrera de pivote.
    Un abrazo y te espero pronto por aquí.

    @ BVA
    Yo doy un 51% a 49% en favor del ManU. Sensaciones viendo jugar a uno y otro me hacen inclinarme ligeramente en favor de los ingleses. Por otra parte, así espero que sea.
    Ya tocará la próxima semana artículo de la gran final.
    Vale Bosquín!

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