miércoles, 1 de junio de 2011

ATRAPADO POR SU PASADO

En la actual era exitosa del FC Barcelona (a falta de tiempo -domingo y lunes- para redactar artículo sobre la gran final, y ante lo sobado que está el debate, haré una reseña especial al final del post) hay que reservar en los anales una parcela para su portero. Sus ademanes pasados, ese aire chulesco y despreocupado, un comedido marketing y la equívoca vinculación del error puntual a un grado trascendente no han ayudado a Víctor Valdés para labrarse los honores en el escalón que le corresponde en la élite de guardametas. Unos crían la fama y otros cardan la lana. Víctor –desde el taller- ha tejido los hilos del éxito pero no ha maximizado –tras el escaparate- el impacto mediático. Su progresión ha ido aneja a su madurez, su transformación ha saltado la barrera de la inquietud para reposar sobre el sosiego. Atrapado por los ecos que le han endosado una etiqueta de la que no ha sabido desprenderse por completo -acarreadora de un modo bucle ante cualquier resquicio en forma de fallo- y que no ha precisado su verdadero status: top total bajo los palos. Maneja todos los registros que se tercie en un guardameta.


 Salida en fase líbero
Idóneo para el estilo de líneas adelantadas que profesa Guardiola. En fase ofensiva se convierte en el primer jugador en la transición con la misión de apoyar la salida del eje Piqué-Busquets, generar el espacio para la maniobra de Xavi o bien precisar desplazamiento en largo para la prolongación de la jugada (recurso esporádico del Barça frente al estilo laborioso y sin “9” nato de espaldas al arco. Un Valdés-Drogba sería el medio más fulgurante para el fin: el gol). En fase defensiva adelanta unos metros la posición para desbaratar los balones al hueco de la espalda de los centrales, evitando que se alargue la separación entre la primera y segunda línea. Brillante trabajo táctico.

Carta de visita
Elástico en el deslizamiento, felino en la estirada, potente en el salto, seguro en el blocaje y ágil en los reflejos. Conjuga su corpulencia con una certera colocación que reduce la espectacularidad de sus intervenciones. Se anticipa con determinación al devenir de la jugada. Gana partidos en el uno contra uno (antológicos fueron los mano a mano con Drogba en el Camp Nou para gestar la remontada con el postrero gol de Iniesta en aquéllas semis de Stamford). Transmite sobriedad en juego aéreo, despejando con firmeza el peligro. Domina el juego de pies como casi nadie. Aparece en frío con la eficiencia de los más grandes. Jerarquía, liderazgo y concentración completan la radiografía.

Comparativa con Casillas
Íker es sinónimo de desequilibrio en las grandes citas, de mano decisiva, de aparición en momento delicado, pero no domina todos los conceptos del portero como Víctor. Ni en dominio aéreo ni en juego de pies ni en el blocaje. Intimida en el uno contra uno y avasalla a bocajarro, facetas también avezadas en el de Hospitalet. Desequilibra con su mentalidad ganadora. La diferencia la marca la prevalencia mediática en favor del mostoleño: un plus de ensalzamiento de sus virtudes, una sobredimensión de sus grandes paradas y el camuflaje de sus defectos. Frases manidas y grotescas (“otros dos milagros más”, “le dejó vendido la defensa”, “sin Iker llevarían 3 ligas menos”, etc) no ayudan a enfocar el debate desde una premisa inicial igualatoria. Cuando para el madrileño se le engalana de méritos principales, si lo hace el catalán es un granito de arena más. Ambos deciden partidos, pero el tratamiento es diferente. Tal vez la imagen campechana, humilde y misericordiosa del primero juega en contra de la correcta valoración del segundo.

Los otros
Valdés y Casillas son parte del rincón delicatessen de porteros. Van der Sar, Stekelenburg, Julio Cesar, Reina, Lloris, Cech o Akinfeev amplían –entre otros- el abanico de los guardianes de la portería. Con sus rachas y vaivenes. Para el recuerdo la legendaria trayectoria de Buffon en sus últimos coletazos, otrora hegemonía del “1”. La actual, por regularidad en los tres últimos cursos, la marca el infravalorado Valdés.

Del banquillo al camerino: Abrumadora superioridad del Barcelona en la gran final de Champions tras el espejismo de los 10 primeros minutos del United, maniatado con posterioridad por la red central culé, con avanzadilla en un superlativo Messi, desgastando la zona de Carrick y percutiendo desde el punto débil que ocupaba Giggs. Desde ahí partía la asociación con Xavi, prolongada en un Iniesta que alargaba el campo en horizontal para abrir los interiores devils y generar espacio central. Villa dañando el achique de Rio y Vidic y Pedro mareando la marca de Evra. Fue un monólogo. Solo el coloso Rooney inquietaba la seria defensa blaugrana. Justo vencedor para ratificar al Barça de Guardiola como uno de los mejores de la historia. Enhorabuena.

5 comentarios:

  1. Lo de Casillas ya huele. Este año no se merece ni ir a la selección. Los tres porteros del Valladolid son mejores que él.

    ResponderEliminar
  2. Anda que poner al mismo nivel a Valdés que a Casillas tiene narices. Uno ha sido impresindible para que el Madrid gane Champions y la selección ganase la Eurocopa y el Mundial y el otro es un buen portero a secas con suerte de disponer de una defensa a la que le hacen muy pocas ocasiones.
    Es de chiste esa comparación ridícula.

    ResponderEliminar
  3. @Pablo

    Muy necesaria la entrada, porque Valdés es un portero impresionante, analizando su juego únicamente en base al fútbol. TOP 3 mundial actual, el portero más completo de todos y el más compacto (ahora que Julio César está en horas bajas). Número 1 en juego de pies, brutal gestión del área, interpretación de la línea defensiva y su posicionamiento que libera a los centrales de muchísimas carreras innecesarias, reflejos... Un porterazo, bastante más ahora que empieza a reconocérselo el panorama nacional y ha aumentado en confianza.

    Íker, claro, es mucho mejor. Pero Casillas es algo mágico, capaz de elevarse a la categoría de mejor defensor bajo palos de la Historia siendo el portero menos académico, de peor lectura, de todos. Ésta ha sido su gran temporada, no obstante: Mou le está enseñando muuuuuucho a su capitán.

    ResponderEliminar
  4. Victor, dentro de su papel suplementario destacó por 2 grandes paradas en los primeros minutos de la final. Es un Héroe en silencio que da mucha confianza a pique y a puyo a sus espalda porque si ellos no llegan ahí esta él gracias a, como as dicho, siempre está unos metros más adelantado. Y lo que mas caracteriza a este gran meta son sus reflejos con los pies en los espacios cortos.

    @ José Ramón

    Está claro que iker es mejor que Valdés pero esque este último tiene menos esperiencia. Pero de la manera que progresa no se save hasta que nivel aguantaran sus guantes.

    Un saludo a todos y os espero en: http://efectoesferico.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  5. A mí me parece que Valdés lleva tres años (desde que llego Pep) a un nivel mejor que Casillas (si borramos torneos de selecciones) y que esa afirmación solo puede ser negada por ignorantes o forofos, solo en este año su nivel ha sido parecido, aunque ha vuelto a ganar Valdés.

    Y Valdés ya ha demostrado de sobras que aparece tanto o más que Casillas en las grandes citas: Final de Champions de 20006 (mejor partido sin duda que las finales de Casillas)
    Final de Champions de 2009
    Semifinales de Champions de 2009, vuelta, increíble el partido que hizo, si fuera Iker, se hablaría cada día de ese partido, pero nadie se acuerda.
    Semifinales de Champions 2006, sin palabras, contra todo un Milan. En San Siro salvó al Barça.

    Y hay más, memorables algunos partidazos que ha hecho contra el Madrid (aunque normalmente no ha sido muy exigido) o contra el Arsenal.

    Acordaros también de los grandes errores de Casillas, que de milagro no fueron gol. Salidas horribles, pases a los delanteros que le encararon solo gracias a ello. (tres errores por lo menos de semejante magnitud contra el Lyon en las dos eliminatorias de final de estos dos últimos años)

    Cuartos de final contra Paraguay, disparo fácil que no bloca, por errores de juvenil y que casi mete el delantero de Paraguay, que tira al muñeco con un Iker bien colocado (gran parada sí, pero que no debió producirse y que se produjo debido a un error clamoroso de Iker, del que nadie se acuerda). Sobrevaloración importante la de este jugador, mimado, muy mimado, por una prensa y una afición que olvidan continuamente sus errores y engordan sus hazañas y defienden su puesto y su indiscutibilidad en la selección a punta de pistola.

    ResponderEliminar