lunes, 16 de abril de 2012

Comida en el rodaje

Cuenten placeres con los dedos de una mano y reserven el índice o el corazón para la gastronomía. Repasen países con el mapamundi en la cabeza y divisen a España en el laureado cajón culinario. Recientemente, con el peso vanguardista de la alta cocina. Tradicionalmente, con el alabado valor diferencial, el binomio tapa (pinchos)+caña/vino. Accesibilidad y versatilidad definen a éste último, sobre el que girará la entrada. La riqueza autóctona de las diferentes regiones clava una de sus múltiples chinchetas en Valladolid. Sede de importantes concursos, vasta oferta y variedad de productos. Os acerco a los foráneos con un tour tradicional concentrado en un radio de 2-3 minutos. Siete sitios para un día cualquiera de ruta gastronómica. Un plato estrella para cada uno de ellos.


Empezamos en el bar Alarcón. Ardua tarea posicionarse en hora punta en este pequeño establecimiento, pero sus torreznos bien justifican el apelotonamiento. Equilibrio entre grasa y corteza. Carnosos y “ligeros” (con lo que conlleva el entrecomillado en la calórica piel del cerdo). Tapa o ración.

Cambiamos de tercio, cruzamos la Plaza Mayor, turno para una sepia ali-oli en –valga la redundancia- La Sepia. Generosa ración, buena materia prima y lograda salsa. Perfecta textura. Dura en su justo punto: ni gelatinosa ni acartonada. Espacioso lugar con barra en el centro y a ambos lados.

El premiado y abarrotado Jero es el sitio por excelencia para tomar pinchos al más puro estilo norteño. Preparados y colocados en hilera en la barra. La base es una rebanada de pan que se tuesta junto a los ingredientes. Amplia oferta. Choque de sabores. Originalidad nominativa. Recomiendo el ´ Misión imposible´.

Volvemos al mundo de la carne, en La Mina cobran un protagonismo especial las mollejas de lechazo. Ubícate al fondo de la barra de este angosto y alargado bar. Vas a disfrutar con esta exquisitez. Fuerte sabor a lechazo churro. Esponjosas. Completadas con unas finas patatas fritas y pequeños pimientos verdes.

De ahí nos vamos a El Peso, a degustar unos huevos rotos con láminas de jamón y bacalao. Jugoso el huevo, tierna la patata y el bacalao. En su punto de fritura y revuelto. Buen jamón. Importante cantidad. Restaurante con amplia barra. Si repites sentado y a la carta no dejes de pedir el taco de atún.

Con el estómago empezando a pesar nos dirigimos a El Corcho, es hora de una croqueta de jamón. Deliciosas, crujientes y cremosas. Recién hechas, permanentemente. Las mejores de la ciudad. Si encontramos problemas para abrirnos paso siempre queda la opción de pedir y salir fuera.

Terminamos la ruta en la célebre La Tasquita. Diferentes tostas y canapés. El tartar de solomillo a la pimienta es una obligación. Generoso bocadillo triangular con pan rústico y ligeramente tostado. La carne tiene un par de vueltas en plancha. Sabrosa e intensa. Establecimiento de considerable tamaño y con comedor dentro.


Maridamos con un Ribera o un Toro. Nos podemos guiar por los Ribera que por defecto nos sirvan (Pinna Fidelis, Pago de Carraovejas, Prado Rey, etc) Cerramos la comida y aligeramos la digestión con un Gin-tonic en cualquier terraza de la Plaza Coca (Monsó, La Comedia, La Tuba, etc).  

He trazado esta ruta de algunos de los sitios más representativos a modo de ejemplo, limitando la zona a los aledaños de la Plaza Mayor. Se puede moldear en función de los gustos personales. Lugares de calidad hay a patadas. Contad que para estar en siete sitios es indispensable que vayáis varias personas para compartir raciones. Si ampliáis estancia debéis probar el lechazo en El Figón de Recoletos.


Del banquillo al camerino: Pequeño parón en la Guía de la Eurocopa que resolveré esta semana con el análisis de Italia. Todavía quedan Polonia e Inglaterra. Ahora el 100 % de atención es para las semifinales de Champions League. Bayern Munich es el penúltimo escollo para la décima. Su análisis post-partido pondrá fin al off-topic de las últimas semanas. REAL MADRID, creemos.


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